domingo, 18 de octubre de 2020

A ratos

A veces, cuando me canso, prefiero ser repudiado como lobo que disimular bajo el traje de oveja. En esos momentos, o debilidades, siento un placer atávico derivado de la expansión de mi ego que enseguida maldice mi conciencia y provoca mi arrepentimiento. Sin embargo, ¡qué embriagadora aquella locura de los sueños, veleta del precipicio de la soledad y huracán para los escaparates del prójimo y los artificios de nuestra vida!... 

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